sábado, 31 de enero de 2009

Días de Enero

8/Ene/2009

Tal vez cuando somos niños, o al menos así será en mi caso, la felicidad es un tiempo de juego, una plática nocturna, el juguete más grande, un beso de la niña de la escolta, la culminación de un castigo, un maratón de caricaturas, escuchar un cuento, un foco prendido contra los fantasmas, dos sábados seguidos, otra vela en el pastel.


17/Ene/2009

Soñé con un nuevo tipo de poesía que tenía forma de cuerda desamarrada, con instrucciones al pie del lado derecho, en dos dimensiones.

Ahora tengo que enseñarle a mis manos a escribir, como si le enseñara a un niño a caminar. Pero, ¿qué pasa si el niño prefiere gatear, o brincar, o volar, o morir?


18/Ene/2009

Dentro de mí vive un miedo, siempre el mismo: que las palabras se hagan invisibles y no las pueda encontrar cuando quiera escribir. Tener emociones como cualquier otro y olvidarlas después de un tiempo. ¿Quién escribirá lo que siento? ¿O es que lo que siento no se puede escribir? ¿O he dejado acaso de sentir lo que no escribo? ¿Cómo hago, pues, para sentir de nuevo?


19/Ene/2009

Abrazar a alguien que llora puede agrandar su tristeza. Por eso se debe llorar encerrado en un cuarto, completamente solo (o incompletamente, si es que al llorar perdemos parte de nosotros).

El abrazo precede al llanto, nunca debe ir después. No sabemos lo que pueda ocurrir si alguien llora más de lo que tenía planeado.