viernes, 20 de septiembre de 2013

Campeón

Mi padre no tiene muchos talentos.

Cuando jugaba conmigo a los soldaditos, tardaba horas armando los cuarteles y el plan de ataque, pero siempre perdía.

Cuando jugaba conmigo fútbol, se tropezaba a cada rato, metía autogoles y reconocía ante todo mi enorme destreza con el balón.

En cualquier juego era pésimo, pero era el más divertido. Sabía que tenía que perder para que yo sonriera, para que fuera feliz.

Así que desde niño me dice "campeón", y yo me lo creía. Creía que era capaz de hacerlo todo hasta que me enamoré de Elba, la niña de la escolta, y por primera vez en mi vida me sentí sin habilidades. Entonces le platiqué y escuchó con interés mi profundo amor por ella. Me dio los mejores consejos y estrategias para hablarle.

Mi padre no tiene muchos talentos, pero siempre me ha escuchado. Siempre. Mi infancia está llena de su presencia. Lo mejor que me ha dado es su tiempo. 

Gracias, papá. Me obligas a triunfar.