jueves, 8 de diciembre de 2022

Participación en la presentación de "Nuestra Breve Tragedia" en Casa Terán

Como aspirante a escritor, uno de mis mayores miedos es enfrentarme a la hoja en blanco, descubrir que me he quedado sin ideas, que no tengo nada nuevo que decir. Sin embargo, arrastro un miedo más grande, enorme, casi con sobrepeso, que es hablar en público.

Para evitar exponer mi falta de habilidad en la improvisación, escribo unas algunas palabras sobre mi descubrimiento de la literatura y mi acercamiento a la poesía.

La literatura llegó a mí, o yo a ella, un poco tarde. Fue a los 16 o 17 años, por una tarea de declamación, que encontré, en el librero de la casa, un libro de Jaime Sabines.

Continúe leyendo y descubriendo a nuevos escritores. Y comencé a escribir mis primeros poemas de amor. Todos, evidentemente, horribles.

Escribía por necesidad de expresar lo que en ese momento me parecía una emoción que no podía entender ni contener. Y la escritura resultó para mí un proceso terapéutico. Poco después, empecé a escribir también para agradecer a las y los autores que me habían acompañado durante todos esos años, aunque para ser sinceros ese esbozo de homenaje parecía más bien un agravio.

También hay que decir que leer me ha permitido, en muy raras ocasiones, encontrar las palabras adecuadas y el orden en que deben ir cuando intento escribir; y se crea un poema que me gusta, que creo que tiene belleza en sí mismo. Aunque también pueda confundir la calidad literaria del texto con el valor sentimental de la experiencia. Aquí el tiempo ayuda mucho. Si después de unos días, meses o años, me encuentro por accidente aquellos versos y me siguen gustando, es porque quizás merezcan permanecer, ser compartidos.

En los últimos años, he tenido el descaro de compartir algunos de mis textos con mis amigos, muchos de ellos me acompañan aquí este día. Quiero agradecerles por sus generosos comentarios que han estimulado en mí el deseo de continuar con este oficio y animarme a publicar mis poemas. Si ahora me encuentro aquí, presentando mi libro, es por culpa de ustedes.

Pero también porque creo que la poesía carece de sentido si no se comparte. La poesía termina de hacerse con la lectura del otro. Cuando uno publica, los textos dejan de ser suyos y pasan a ser de sus lectores. Ustedes serán ahora los autores de estos poemas de amor y, como diría José Emilio Pacheco, inventarán los poemas al leerlos.

Espero que este libro pueda ser el peldaño, la rampita que les lleve a conocer a las escritoras y escritores que admiro, que les motive a leer más poesía, que les inspire a escribir su propia historia, y que algún poema de este libro, alguna de sus líneas, pueda justificar tanta tinta y tanto papel.

Muchas gracias.

sábado, 3 de diciembre de 2022

Simetría

Descubro que tengo una mano
igual a tu mano,
una herida
del tamaño de tu nombre,
una noche
que se parece a tu sombra;
y tú tienes
la luna que busco,
la mirada que preciso,
la mitad de mi boca.

Ahora sé
que estás hecha
a la medida
de mi corazón.

lunes, 28 de noviembre de 2022

Monosílabos

Para mi mala suerte, cuando invité a salir por primera vez a Raquel, yo no tenía trabajo, ni dinero, ni salud. 

Al principio nuestras primeras conversaciones parecían interrogatorios. Yo lanzaba preguntas que eran contestadas con monosílabos, por lo que los interrogatorios se convirtieron en largas disertaciones. Sabía escucharme, y eso, para su mala suerte, hacía que se me desatara la lengua. 

Un día ella se anima a compartirme un recuerdo, y luego otro, y otro. Advierto que su risa se vuelve cada vez menos discreta después de mis chistes e improvisaciones, y eso, para mi mala suerte, hace que se me desate el corazón. 

A pesar de nuestra diferencia de edad, o debido a ella, nuestra relación duró más de lo que secretamente creíamos. Lo confesamos cuando ya era evidente que queríamos compartir el resto de nuestras vidas juntos. 

*

A principios de este año, para mi mala suerte, enfermé y caí en cama y en depresión varias semanas. No tenía trabajo, ni dinero, ni salud. Pero Raquel me dio el valor de continuar luchando por mis sueños, me obligó a volver a creer en mí, estuvo ahí para levantarme, y todo esto mientras ella luchaba por sus propios sueños, creía en ella y se mantenía en pie.

Cuando invité a salir por primera vez a Raquel, cuando le propuse noviazgo, cuando le pedí que se casara conmigo, lo que hacía, acaso sin saberlo, era pedir su ayuda. 

Y ella, para mi buena suerte, simple y llanamente contestaba: sí.

martes, 22 de noviembre de 2022

Tienes que saber

 Tienes que saber
que ya no le temo
al silencio que sella tus labios
cuando me miras,
ni a que la noche entre a mi cuarto
a hurtadillas
y vomite soledad
en las esquinas,
y deje un pedazo de universo
en la ventana.

Ya no le temo a la muerte,
ni a los fantasmas,
ni a que se quiebren 
las palabras en mi boca,
ni a que mi boca
se quede sin palabras;
pero tienes que saber,
                        también,
que no sé qué forma
tendrán mis miedos
cuando te vayas. 

miércoles, 26 de octubre de 2022

Desengaño

Nada más fácil
para enamorar a alguien
que haber sufrido mucho
o, al menos, aparentarlo.

Solemos confundir el amor
con la caridad.

Sólo debemos esperar 
a que alguien ame
nuestra orfandad.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Una separación

El cielo tiene una herida
en su costado
por donde se asoma Dios
de vez en cuando
invisible como siempre
y como siempre tan lejano.

El chismoso quiere saber
si hoy le diré que la amo.
Supone que sí porque llevo
flores rojas en la mano,
pero ella todavía no llega
al lugar acordado.

A punto de irme
escucho unos pasos,
es ella y tiene
los ojos húmedos, carajo.

Todo inicio de conversación
me parece malo:
¿cómo estás, qué tienes?
¡qué se dice en estos casos!

De arriba no llegan respuestas,
Dios, como siempre,
cruzado de brazos.

Por cómo me mira
entiendo que quiere
tiempo y espacio,
le contesto, también con miradas,
ella entiende, aceptamos.

Le doy las flores,
me da un abrazo. 

Se va, me voy
y Dios se queda
confundido, esperando.

viernes, 2 de septiembre de 2022

Portazo

Has cerrado la puerta
y me he quedado afuera de todo.

Necesito tiempo,
me explicas antes del portazo,
tiempo para poner en orden
mis sentimientos
.

Has cerrado los ojos
y me he quedado afuera de ti.

No veo,
me aclaras antes de dejar de verme,
un futuro contigo.

Y yo, que te adoro
y que conozco
la culpa que te causa
estar equivocada,
desaparezco
para cumplir tu predicción.

domingo, 21 de agosto de 2022

Mala suerte

El doctor había preferido citarme en su consultorio para compartir el resultado de mi biopsia, en lugar de hacerlo por teléfono. Supuse, por su tono de voz, que no serían buenas noticias, pero nunca imaginé que tendría tan mala suerte.

Como era de esperarse, a partir de ese momento los minutos alargaron su duración. Sentado afuera de su consultorio, mientras esperaba mi turno, miraba un reloj de manecillas colgado en la pared, apenas unos centímetros sobre la cabeza de la recepcionista. El reloj en lugar de los doce números que marcan las horas, tenía dibujos de aves, doce malditos pájaros. Yo tenía que esperar a que la manecilla corta apuntara al cardinalis sinautus, y la larga a la coracina caesia.

Cuando me parecía que el tiempo se había detenido, la puerta del consultorio se abrió, salió una señora con peluca a la que, a primera vista y sin necesidad de estudios médicos, se le podía diagnosticar, por lo menos, sobrepeso e hiperhidrosis, además de cáncer, claro está.

Después de cerrar la puerta, el doctor señaló la silla donde debía sentarme. Lo notaba serio, incluso podría decir que angustiado, triste. ¿No está acostumbrado, acaso, a confirmar a sus pacientes la enfermedad que acortará nuestras vidas? ¿O es que finge pesar?

Sentí las manos y el culo húmedos. Ahora yo era el que sudaba. ¿Se puede contagiar la hiperhidrosis? Estaba por preguntarle esto al doctor cuando comenzó a hablar:

    - Señor Gonzalo, llevo 14 años ejerciendo en esta especialidad, y lo hago de forma profesional. Soy de los mejores oncólogos del país, usted lo sabe, no sólo por lo que cobro, sino por así aparece en las búsquedas de Google y en la Revista Mexicana de Oncología, sin pagar ningún tipo de publicidad, aunque con lo que gano podría hacerlo. Pero, como le digo, no es el caso. 14 años y es la primera vez que ocurre algo así. Estoy muy apenado por lo que voy a decirle, pero la muestra de tejido que le tomamos se extravió. Pero no se preocupe, o no todavía, que ahora mismo podemos realizarle otra biopsia, obviamente sin costo, porque como le digo y usted sabe, soy un profesional. Sólo que el resultado lo tendríamos hasta la siguiente semana.

La manecilla grande apuntaba al cyanocorax affinis, y la pequeña a la tringa nebularia cuando salí del consultorio. Entonces sucedió la tragedia. Sobre la cabeza sentí el primer goterón de una lluvia que yo creía paranormal, pues no había en el cielo algún rastro de nube. Era caca de paloma. Caca de una columba livia, para ser más exactos.

domingo, 12 de junio de 2022

La tregua

Si tu Dios y mi Dios
fueran distintos,
¿no crees
que arreglarían sus diferencias
para que pudiéramos amarnos
sin transgredir
ninguna ley divina?

A mí me han dicho:
ámala todos los días
de tu vida.

¿No te das cuenta
de tu desobediencia
al no sentir mi amor?

Pero no te condeno:
bésame
y no peques más.

viernes, 29 de abril de 2022

Todo pasado será mejor

El día pésimo
hace del anterior
un buen recuerdo.

lunes, 28 de marzo de 2022

Cuenta regresiva

No sé si continuaré escribiendo,
si la literatura encontrará en mi alma endurecida
una grieta por la cual filtrarse,
si tendré el valor o el dinero de autopublicar mis poemas,
si la gente tendrá el valor o el dinero para comprar el libro,
si tendrá el tiempo,
las ganas de leerlo.

No sé si Raquel y yo
tendremos un hijo
o adoptaremos otro perro;
si la engañaré, si me perdonará;
si se aburrirá de mis lamentaciones, 
si lloraré cuando me deje.

Sólo sé que no voy a leer todos los libros que quiero,
que mis pies volverán a hincharse,
que el cuarto riñón pronto anunciará su año sabático,
que voy a morir.

martes, 22 de febrero de 2022

Razones y pretextos

Escribo para que la muerte
no piense que me he quedado sin palabras
y para que la vida
no se acostumbre a mi silencio.

Este canto
de miseria moribunda
que es la poesía,
nunca acaba de nacer. 

lunes, 17 de enero de 2022

Renuncia

No consigo renunciar a lo que tengo.

Mis manos protegen
lo que han construido,
lo que deseo romper.

Si alguien fuera tan amable
de destruir un poco mi vida,
o la mitad de mi vida, poco a poco,
o toda mi vida al primer intento,
podría reconocer la pérdida como un tiempo feliz,
añorarla incluso, con el remordimiento dulce
de quien disfruta estar equivocado.