sábado, 12 de octubre de 2013

Empatía

Ese hombre que llora
al lado de mi sombra
se parece a mí.

Pensé que estaba muerto
pero ahora que lo encuentro
lo debo sufrir.

lunes, 7 de octubre de 2013

El cuento de Isaac

Escribo una buena línea o me mato, pensó Isaac antes de dormir.

Llevaba meses sin escribir un cuento. Se había dejado crecer la barba y había empezado a usar lentes, pero no llegaba la inspiración. No sabía qué más hacer. La sola idea de no tener talento literario le provocaba una enorme tristeza.

Gracias a la fama que tenía de escribir, debido a su apariencia y desempleo, sus amigos le pedían que les mostrara alguno de sus relatos. Pero Isaac siempre evadía el compromiso.

Detrás de la máquina de escribir, que había comprado como otro recurso desesperado de convertirse en escritor, estaba la pistola. Detrás de la pistola, el reloj. Y el reloj anunciaba la hora del amanecer.

Resignado, con el arma dentro de la boca, a Isaac se le ocurrió una historia. Escribiría de alguien que, cansado de no poder escribir, se suicida. Matándose de mentiras salvaría su vida. Y para no preocupar a sus amigos cuando les leyera el texto, el personaje se llamaría Miguel.