El viejo se fue de viaje
pero su ausencia no es evidente;
es apenas una foto perdida
de nuestra infancia
o inexistencia.
Un recuerdo desdibujado
al que es imposible acceder
sin su retrato.
Un objeto
que no se sabe entrañable
hasta que se le encuentra
por accidente.
Un dios sordo
que todavía sonríe
cuando ve que alguien
le reza.
Mi viejo se fue viaje
y sé que lo echaré de menos
cuando regrese.
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